Estados Unidos levanta temporalmente sanciones a Venezuela

En un anuncio significativo, Estados Unidos comunicó ayer la suspensión temporal de las sanciones relacionadas con el petróleo, gas y oro de Venezuela, como un gesto de reconocimiento por el acuerdo alcanzado entre el gobierno venezolano y la oposición. Sin embargo, Washington establece condiciones que incluyen la liberación de presos políticos y el fin de las inhabilitaciones políticas.

Esta medida se concreta luego de la promesa de Estados Unidos de eliminar las sanciones si Venezuela avanzaba hacia elecciones transparentes en 2024, y ahora se ha cumplido parcialmente, pero bajo ciertas condiciones.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro emitió una licencia de seis meses que autoriza transacciones temporales relacionadas con el sector del petróleo y gas en Venezuela. Esta licencia será renovada únicamente si el gobierno venezolano cumple con sus compromisos.

Desde abril de 2019, las sanciones al sector petrolero habían estado en vigor, lo que había limitado gravemente la comercialización de petróleo, una actividad vital para la economía de Venezuela.

Además, una segunda licencia permite transacciones con Minerven, la empresa estatal de minería de oro de Venezuela, con el objetivo de reducir el comercio de este metal en el mercado negro.

Adicionalmente, se han modificado dos licencias para eliminar la prohibición de la negociación secundaria de ciertos bonos de la petrolera estatal venezolana PDVSA. Sin embargo, se mantiene la prohibición de negociar en el mercado primario.

El presidente Nicolás Maduro expresó su satisfacción por estas medidas, que son el resultado de meses de negociaciones discretas.

Estos acuerdos representan un regreso gradual y fuerte de Venezuela al mercado petrolero y gasífero. Estas acciones se consideran un paso inicial en la dirección correcta para la eliminación progresiva de todas las sanciones contra Venezuela.

El levantamiento parcial de las sanciones se ha logrado gracias al acuerdo entre el gobierno y la oposición venezolana, alcanzado en Barbados, que es considerado por el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, como un paso concreto hacia la resolución de la crisis política, económica y humanitaria en Venezuela.

Sin embargo, es importante destacar que estas medidas no son definitivas, y Estados Unidos tomará acciones si los compromisos acordados no se cumplen, según advirtió Blinken.

Por el momento, las demás sanciones impuestas a Venezuela, como parte de un esfuerzo internacional para promover la renuncia de Maduro, siguen en vigor.

El camino a seguir implica la celebración de elecciones presidenciales en el segundo semestre de 2024, con la presencia de observadores internacionales. Sin embargo, el tema de las inhabilitaciones políticas aún queda sin resolver. Esto podría afectar a candidatos como María Corina Machado, favorita para ganar las elecciones primarias de la oposición.

Estados Unidos espera que Venezuela tome medidas adicionales antes de finales de septiembre, lo que incluye establecer un calendario y un proceso para habilitar a todos los candidatos de manera acelerada.

Además, Washington confía en que el gobierno venezolano inicie la liberación de ciudadanos estadounidenses y presos políticos venezolanos detenidos injustamente en el país.

En otro desarrollo, un avión estadounidense transportó a 131 migrantes deportados a Venezuela como parte de un acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos y el gobierno de Nicolás Maduro, a pesar de que Estados Unidos no reconoce formalmente a Maduro como presidente.

La aeronave aterrizó en el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía, procedente de Harlingen, Texas, con una escala en Miami para repostar combustible.

Maduro celebró el regreso de los migrantes, que habían estado detenidos en centros de reclusión para migrantes. Esta acción se llevó a cabo en cumplimiento de los acuerdos entre las autoridades de Venezuela y el gobierno de Estados Unidos.

Los migrantes, esposados de pies y manos, fueron embarcados en el avión en el pequeño aeropuerto de Harlingen, cerca de la frontera con México. A su llegada, fueron sometidos a un proceso de verificación en los sistemas de identificación venezolanos como parte del protocolo.

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